Quizá es que cada vez
quedan menos, o que cada vez somos más exigentes, pero a los del equipo cada
vez nos cuesta más encontrar restaurantes que nos sorprendan.
Quizá por eso, cuando
hace unos meses descubrimos a través de Instagram el perfil del “Café-Bistro
Kinza” de Donostia nos llamó poderosamente la atención, y lo hizo tanto que no
paramos hasta que, el pasado fin de semana, a nuestra vuelta de un viaje por
Francia, reservamos y lo probamos.
El domingo, un poco antes
de la hora que habíamos reservado (Donostia es una ciudad bellísima pero como
todas las ciudades, es un auténtico incordio bajo la lluvia), todo el equipo al
completo (perra incluida) nos dirigimos hacia el restaurante Kinza, situado en pleno
barrio de Gros, concretamente en la calle Gran Vía número 30 de la capital
Gipuzkoana.
Cuando llegamos al
“Kinza” nos llevamos la primera sorpresa, ya que se trata de un pequeño y
coqueto local, con una media docena de mesas. La verdad es que la primera
sensación fue muy positiva.
La
segunda buena sensación vino de la mano de Yanina, la responsable de sala que
nos recibió en la puerta y nos acompañó a la mesa. Simpática, agradable,
dicharachera y en todo momento servicial y atenta. En otras palabras, que enseguida
consiguió que nos sintiéramos como en casa.
La
oferta gastronómica del “Kinza” es realmente innovadora, combinando los
ingredientes más frescos y sabrosos con los que disfrutar de una buena mesa con
sabores tanto nacionales como internacionales y todo presentado con cariño y
detalle.
En
nuestro caso, de la corta carta, escogimos un par de platos para cada uno, uno a
compartir, y dos postres bien distintos:
- Dos cremas del día (una de calabaza con boniato y otra de espinacas con puerros). Deliciosas cucharadas de sabor.
- Dos raciones de "pan bao con ropa vieja". Cada ración de tierno pan bao bien relleno de ternera deshilachada y encurtidos caseros.
- Raviolis rellenos de bacalao con salsa verde. Deliciosos raviolis con sabor a puro bacalao.
- “Tarta tatin de manzana” y “sorbete de maracuyá, limón y albahaca”. Dos maravillosos fines de fiesta, uno dulce y el otro refrescante, sorprendente y digestivo.
Todo
esto, más café, infusión y una botella de vino por unos 65 euros. No os diremos
que es barato, pero sí que tiene una muy buena relación calidad-precio. Por
nuestra parte, nosotros volveremos y os lo recomendamos totalmente.
Por
cierto, acordaros de reservar mesa antes de acudir. Para ello, aquí os dejamos
las señas del restaurante:
“Café-Bistro Kinza”
20001
Donostia (Gipuzkoa)
Telf: 943 128 928
Actualización (2024): Desgraciadamente tenemos que informar que, el “Café Bistro Kinza”, ha cerrado puertas. Les echaremos mucho menos. |
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