¡Miau!
Aunque
parezca extraño, desde que comencé a escribir este blog con el objetivo de
demostrar al mundo hasta dónde llega la inteligencia felina (y de mis ganas de
disfrutar de una buena comida), creo recordar que no os he hablado nunca de las
ensaladas que preparan mis amos. La verdad, no comprendo el motivo, dado que
tienen una pinta impresionante, además de ser platos a los que acostumbran a
recurrir muy a menudo.
Ayer
mismo, por la noche, ese par prepararon una nueva ensalada que me llamó la
atención por lo original de su presentación, así como también por la forma que
escogieron para aliñar la ensalada. Con todo, creo que a este plato le llamaré
“Ensalada fresca de verano con pasta”.
Los
ingredientes que ellos utilizaron (para dos personas) fueron los siguientes:
Para
la ensalada
·
50
gr. De rúcula
·
50
gr. De canónigos
·
110
gr. De “penne rigate” (podéis utilizar otras pastas si lo preferís)
·
50
gr. De queso de cabra (rulo de cabra, por ejemplo)
·
Una
loncha de jamón ibérico
·
Un
tomate de ensalada
·
8
tomates “cherry”
·
12
picatostes
·
12
almendras peladas
Para
el aliño
·
Menta
(unas cuatro hojas)
·
Un
limón
·
Aceite
de oliva virgen
·
Sal
Qué
montón de ingredientes, ¿no? Pues no os preocupéis, porqué, a pesar de esto,
esta receta es sencillísima.
En
primer lugar, lavad la rúcula y los canónigos, dejándolos escurrir. Una vez lo
hayáis hecho, los repartiréis en los platos en los que queráis servir la
ensalada.
En
segundo lugar, limpiad el tomate de ensalada y los tomates cherry. El tomate deberéis
pelarlo y cortado a daditos, mientras que, con los cherrys, esto no será
necesario.
A
continuación, pondréis a hervir un cacito con agua salada. Con el primer
hervor, añadiréis la pasta y la dejaréis cociendo unos 10 minutos (o lo que
indique en cada caso el fabricante). Pasado este tiempo, la pasáis por agua
fría para romper la cocción, y la dejáis escurrir.
En
un mortero, pondréis las almendras y las picaréis bien finitas. Cuando las
tengáis picadas, añadiréis los picatostes para a continuación repetir el
picado. Puestos a picar, aprovechad este paso para picar bien finito la loncha
de jamón ibérico.
Finalmente
prepararemos el aliño, para hacerlo, obtendréis el jugo del limón, añadiréis
dos veces su cantidad de aceite de oliva virgen y dos pellizcos generosos de
sal. Para potenciar y refrescar el aliño, picaréis las hojas de menta y las
añadiréis al aliño mezclándolo todo bien.
¿Verdad
que es sencillo? Pues ya solo os falta montar y presentar la ensalada. Y para
hacerlo, encima de la rúcula y los canónigos, repartiréis la picada de
picatostes con almendras, los cubitos de tomate, la pasta y el jamón ibérico
picadito. Rodeando estos ingredientes, repartiréis los tomates cherry cortados
por la mitad y los daditos de queso de cabra.
El
último paso, como no podía ser otro, es el de aliñar la ensalada con el aliño
que os he contado antes, y voila, aquí tenéis un posible resultado:
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La ensalada tenía una pinta genial.... |
Por
lo que pude observar y escuchar, el contraste de sabores es brutal, fresca y
contundente. Totalmente recomendable para estas noches de calor. ¿Os atrevéis?