24 de julio de 2011

Sorbete de Melón

Las fuentes de inspiración son casi infinitas, o por lo menos eso es lo que pienso cuando veo a mis dueños en la cocina. A veces, sacan las recetas de un libro escrito por un cocinero llamado Arguiñano, otras veces de páginas de internet pero el otro día me sorprendieron totalmente, pues la receta que os explicaré hoy, según escuché la adaptaron de una que probaron en el “Ristorante L’oliva”.

Por cierto, la receta de hoy es de las más sencillas que han hecho. Además, incluso podría deciros que es tan fácil como refrescante. ¡Ah! ¿No me creéis? Ains…


En fin, tendréis que comprobar-lo, así que, os paso los ingredientes que ellos utilizaron:

Medio melón (de más o menos un kilo)
Un limón
180 gr. de azúcar
250 ml. de agua


A partir de aquí, y con estos pocos ingredientes que os acabo de exponer, os explicaré con tres sencillos pasos se puede hacer un fabuloso sorbete de melón, a ver qué os parece...


En el primer paso, nos encargaremos de limpiar y preparar el melón. Esto lo haremos quitándole la piel, las semillas y cortándolo a dados pequeños. Mientas lo vayáis haciendo, sería interesante poner los cachitos de melón en un bol lo suficientemente grande como para después poderlo batir (o en la licuadora, si tenéis, claro) sin problemas.

Cuando tengáis el melón licuado, le añadiréis el zumo del limón, reservando eso sí su piel, ya que la utilizaréis más adelante. Una vez hecho, removed un poco la mezcla.


El segundo paso será preparar un almíbar suave. Para hacerlo, pondremos en el fuego el cuarto de litro de agua, le añadiremos el azúcar, la piel del limón y lo llevaremos a punto de ebullición mientras removemos para evitar que se nos pegue el azúcar. Cuando llegue a hervir, lo mantendremos a fuego lento durante 2 minutos más sin dejar de remover. Una vez hecho esto, pondremos a enfriar el almíbar.

Cuando el almíbar esté frío, lo añadiremos en el bol del melón licuado y lo removeremos todo bien.

Finalmente llegará el momento del tercer paso. Para llevarlo a cabo, cogeréis el bol y lo pondréis en el congelador y, bien, con un poco de tiempo y de paciencia, pronto conseguiréis el sorbete... bueno, pronto... tendrán que pasar unas 3 horas. Eso sí, cada hora aproximadamente, deberemos remover el sorbete para evitar que se formen capas de hielo en superficie.

No tiene mala pinta, ¿verdad?

Sorbete de melón

Sinceramente, ¡¡para relamerse los bigotes!!


12 de julio de 2011

Ristorante L'Oliva - Vitoria - Gasteiz

Ristorante l'Oliva
¡Definitivamente, mis dueños tienen mucha cara! ¿A quién se le ocurre dejarme a mí solo en casa sin nada que hacer? Es que, si ellos se van, yo no puedo ponerme pesado pidiendo comida, ni pedir mimos, ni… nada…

Bueno, a lo que iba, resulta que para celebrar el 23º aniversario de uno de mis dueños, decidieron salir a cenar. ¿Y a dónde fueron? Pues a un pequeño restaurante italiano que hay en Vitoria llamado “Ristorante L’oliva”, el cual ya conocían de otra celebración que tuvieron hace un par de añitos pero al que, por diferentes circunstancias, no habían tenido ocasión de volver. Así que, ¿qué mejor que volver a un sitio que les encantó para celebrar algo especial? En fin, a partir de aquí, os explico lo que he escuchado, a ver qué os parece...

En primer lugar, del “Ristorante L’oliva”, mis dueños destacan especialmente dos puntos: el ambiente que en él se respira, y la atención recibida por parte de María (la responsable del comedor). Cuando uno entra en el restaurante, se encuentra con un coqueto comedor, impecablemente decorado y con un increíble aire mediterráneo que hace que te sientas muy a gusto desde el primer momento. Además, uno cuenta desde que cruza la puerta, de la atención y orientación de María lo cual, como mínimo a mis dueños les encantó.

Es precisamente el trabajo de María otro punto a destacar, más que nada porque el restaurante está gestionado por la propia María quien se encarga del comedor mientras que su marido Giorgio, se encarga de la cocina. Esto, según mis esclavos (perdón, quise decir amos) es algo que se nota un montón porque lo cuidan todo hasta el más mínimo detalle.

¿Qué qué os cuento de la comida? En primer lugar, algo un tanto especial, pues según he escuchado no encontraréis en la carta del “Ristorante L’oliva” ningún tipo de pizza. Esto, según muy dueños, es muy positivo puesto que permite conocer otras especialidades de la cocina italiana sin caer en lo más típico, permitiendo ampliar un poco nuestra cultura gastronómica. Además, los platos del restaurante son realmente sorprendentes en muchos aspectos, ya que se escapan de lo que es más común. En cualquier caso, os contaré lo que comieron mis dueños, quienes decidieron compartir todos y cada uno de los platos que pidieron (que majos son... entre ellos sí, y con conmigo ni pizca).

• Ensalada balsámica: Realmente esta ensalada les encantó. Y es que a ellos, que son muy proclives a preparar ensaladas variadas, les pareció una mezcla realmente sabrosa y sorprendente.
• Espaguetis con salsa de limón: Este plato fue una auténtica sorpresa para ellos. ¡Les encantó! Además, lo más curioso de este plato fue que lo pidieron porqué María les habló de su existencia, y quedaron realmente impresionados por lo buenísimo que estaba.
• Carpaccio de “bresaola”: Para los que no lo sepáis, la “bresaola” es un embutido italiano hecho a base de carne de ternera, y que, por apariencia, tiene cierto parecido con la cecina. Aún así, según mis dueños el sabor no tiene nada que ver, siendo la “breasola” muchísimo más rica.
Sorbete de melón: ¿Cómo que de melón? Pues sí, de melón. De hecho, este fue el postre que más les gustó de los dos que tomaron esa noche, ya que, además de estar buenísimo, su sabor era muy refrescante (y con la temperatura que había esa noche, lo agradecieron infinitamente).
• Tiramisú: Típico postre italiano, hecho según la receta original. A mis dueños, que les encanta el dulce (de hecho, el cumpleañero es buen repostero, aunque un pésimo cocinero) les gustó mucho.

Según mis dueños, lo que es realmente especial de estos platos es el hecho de que todos estén elaborados íntegramente en el restaurante. Y es que incluso la pasta es casera, y eso se nota en todo momento, tanto por el sabor que tiene como por su aspecto. Precisamente éste es otro de los grandes méritos de este pequeño gran restaurante, ya que mis dueños consideran que pocos lugares pueden presumir de ofrecer platos de elaboración propia en su totalidad. Y encima, lo hace sin disparar los precios, ya que teniendo en cuenta la calidad que tiene el precio es realmente ajustado. Así, ellos cenaron a cambio de unos 35 euros por persona (en los cuales van incluidos tanto el vino como un chupito de “Limoncello”), no está nada mal, ¿verdad?.

Finalmente, sólo queda valorar, habiendo considerado ese par de petardos que me cuidan que el restaurante merece una nota de un 9, apuntando además que si juntamente con la carta se ofreciera un menú degustación “sorpresa” (al estilo del existente en el “Restaurante Baisakhi” de Palma de Mallorca), su nota sería aún más alta, y el menú seguramente tendría éxito, sobre todo teniendo en cuenta las acertadas recomendaciones que acostumbra a dar María. En cualquier caso, os recomiendo encarecidamente visitar este restaurante, sobre todo si tenéis predilección por la comida italiana. ¡Os encantará!

Como hay que reservar mesa, ahí os dejo los datos de contacto del restaurante.


Actualización (Julio 2015):  

Desgraciadamente tenemos que informar que, el “Ristorante L'Oliva”, ha cerrado puertas. Les echaremos mucho menos.


"Ristorante L’oliva"
C / Doce de Octubre, 1
01004 Vitoria-Gasteiz (Álava)
Tel: 945 22 10 03