20 de abril de 2011

Brownie

Hace unos días, uno de mis queridos dueños (hoy sí... merecen el nombre de propietarios...) volvió del trabajo con tres recetas, y mira que curiosidad, todas ellas de postres. Concretamente fueron: tronco de nata y chocolate, magdalenas y brownie casero...

Cuando escuché eso, no me pude contener... se me hizo la boca agua, porque ¡probaría un nuevo postre! ¡Ay Dios!

Unos días después, tuve la oportunidad de probar el brownie casero y.... ¡buah! Estaba de vicio, y claro, estos días que estoy muy trabajador, he decidido que os explicaré como preparar esta delicia. Así que, la receta de hoy es: brownie casero.

Ellos utilizaron los siguientes ingredientes:

60 gr. de harina
110 gr. de azúcar
100 gr. de margarina
125 gr. de chocolate para derretir
Una cucharilla de café de levadura
3 huevos

La verdad es que esta receta es tan sabrosa (y lo es un rato) como fácil, sino, juzgad vosotros mismos en las siguientes líneas...

En un bol, se debe poner la harina, el azúcar y el huevo. Todo ello, debéis batirlo bien, primero con un batidor manual, y después con uno automático.

Cuando esté bien batido, debéis añadir la margarina y el chocolate derretido (mis dueños, para conseguirlo, lo metieron un minuto en el microondas), al bol, y de nuevo, volveréis a batir, para evitar la formación de grumos.

Una vez hecho esto, pusieron el horno a 180º para calentarlo. Cuando estuvo caliente cogieron la masa conseguida en el punto anterior, y la pusieron en un molde (convenientemente embadurnado de margarina para evitar que el brownie se pegue), y lo mantuvieron en el horno unos 25 o 30 minutos, hasta que pinchándolo con un palillo este no salga manchado.

¿A que tiene una pinta genial así decoradito con fresas?, ¡hmmm!


Brownie con fresas

Otra cosilla, podéis personalizar fácilmente vuestro brownie, tanto con una bolita de helado, como añadiendo trozos de nueces a la masa justo antes de meterla al horno, y os aseguro que ¡buah! … queda de primera.


9 de abril de 2011

Lasaña de calabacín

Hace unos días, mientras me dedicaba a husmear los rincones de internet en uno de mis pocos ratos libres (sí, uno aunque dedica mucho tiempo a relamerse, también dedica parte de su tiempo a visitar amigos que tienen sus propios blogs de cocina), me encontré con una receta de lo más original, y claro, sin perder mucho tiempo, se la expliqué a uno de mis queridos dueños.

Aunque bueno, antes de empezar con la receta, me gustaría tanto de mi parte como claro, de parte de mis dueños, darle las gracias al responsable de “Sukaldean Jaten” (sí, me gustara hacerlo, hasta un lametón le daría, pero....).

Bueno, la receta de hoy es un delicioso pastel de calabacín, o mejor, una lasaña de calabacín, con sus lonchas de jamón york, sus lonchas de queso... ¡hmmm! Sí, lo se, de entrada parece una combinación un tanto rara, aunque según mi dueño, tiene un sabor muy original. Sinceramente, creo que merece la pena.

Para hacer esta receta, utilizaron los siguientes ingredientes (para 2 personas):

1 Calabacín grande (o dos si son pequeños)
4 o 5 lonchas de jamón york
4 o 5 lonchas de queso
1 huevo
Harina
Sal
Aceite

El primer paso, como no, es cortar el calabacín (claro, después de lavarlo), pero cuidado, debemos cortar el calabacín a lo largo, a lonchas finas (de unos 3 o 4 milímetros de grosor) si puede ser. Cuando tengáis las lonchas, las saláis y guardáis un momento.

Cogeremos dos platos, en uno pondremos harina, y en el otro un huevo batido. ¡Sí señor, que inteligentes que sois! Todo esto es para rebozar las lonchas de calabacín. Una vez hecho esto, debéis poner una sartén al fuego con una buena base de aceite. Cuando esté caliente, poco a poco deberéis ir poniendo las lonchas de calabacín una vez pasadas por harina y huevo, para dejarlas bien rebozadas.

Una vez hecho, mis dueños extendieron una tira de papel de cocina, y fueron poniendo encima de él las tiras de calabacín una vez rebozadas, para que absorbiera el sobrante de aceite.

Finalmente, en un molde apto para ir al horno empezaron a preparar la lasaña poniendo primero una capa de calabacín, encima suyo una de jamón york, luego otra de queso, y vuelta a empezar con el calabacín, el jamón y el queso, hasta que agotaron los ingredientes.

Para acabar, le echaron un poco de queso en polvo, y directo al gratinador.

La cosa, aunque no fue muy espectacular, les quedó así:

Lasaña de calabacín

Tampoco tiene mal aspecto, ¿no? De todas formas, su sabor compensa el aspecto, y en la cocina de casa ya se sabe, prima el sabor ;)

Por cierto, como este plato ya habéis visto que un poco aceitoso, os voy a dar un pequeño consejo, sobre todo para aquellas personas que deben controlar su alimentación. Este consejo no es otro que, podéis sustituir tranquilamente el rebozado del calabacín por una cocción a la plancha, lo cual os reducirá ostensiblemente tanto las calorías como el aceite usado.