Ya sabéis que a mis dueños les encanta
la comida italiana, ¿verdad? ¡Qué os voy a contar, meh, meh, meh! La cosa es
que últimamente han subido un peldaño más el listón, y no pasa semana que no
preparen algún plato de receta italiana.
La verdad, no me debería extrañar
mucho, pues ese par tienen un montón de recetas inspiradas en la cocina
italiana, así que, he decidido que os las iré presentando por aquí, poquito a
poquito, que gatito estresado no es buen consejero.... ¡meh, meh, meh!
Empezaré este pequeño recopilatorio con
un arroz; concretamente con un “rissotto” que además lleva el sugerente nombre
de “Rissotto con setas y trufa negra”. ¿Os apetece?
Para dos personas, mis dueños
prepararon los siguientes ingredientes:
180 gr. de arroz arbóreo.
15 gr. de trufa negra
700 ml. de caldo de pollo (o de pesado)
Una cebolleta
Un diente de ajo
100 ml. de vino blanco
180 gr. de setas variadas
40 gr. de queso parmesano
Pimienta negra
Aceite
Sal
Para empezar deberéis lavar el arroz. Hecho
esto, picaréis el diente de ajo y la cebolleta, y deberéis lavar y cortar las
setas. Mientras lo hacéis no estaría mal aprovechar el tiempo ¿verdad?, pues
ala, ¡a calentar el caldo!
Con las setas cortadas, y el caldo
calentando, deberéis coger una cazuela y poner a calentar en ella, un chorretón
de aceite. Cuando esté caliente, añadiréis la cebolleta y la dejaréis pochar
lentamente. Una vez pochada, deberéis añadir, las setas, el diente de ajo
picado, y el vino.
Cuando el vino de cazuela se haya
evaporado, añadiréis el arroz y lo cubriréis con una tercera parte del caldo.
Según escuché a mis dueños, este es el punto más complicado de la elaboración
del rissotto, así que, atención a la receta, y sobre todo, si la hacéis, al
arroz… Cuando el primer tercio de caldo se haya evaporado, añadiréis otro
tercio, y lo dejaréis cocer, removiendo para que no se pegue hasta que, una vez
más se haya evaporado. Llegados a este punto, deberéis añadir la trufa rayada,
el queso parmesano y el resto del caldo, removiendo una vez más para evitar que
se pegue.
Unos cinco minutos después, cuando aún
quede algo de caldo en la cazuela, apagaréis el fuego, taparéis la cazuela y
dejaréis reposar el arroz. Con esto, ya tendréis un fabuloso rissotto (como
mínimo eso dijeron ese par, porqué yo, ni catarlo…¡¡grrr!!)... cremoso,
caldoso... ¡¡hmmm!!
Os ha parecido fácil, ¿verdad? Pues
mirad que pinta tenía el que prepararon mis dueños:
Este
plato es una pequeña delicatessen, o por lo menos eso dijeron mis dueños y sus
invitados, mientras lo saboreaban.
Madre mía: son las 13:41 y, mientras leía la entrada, me estaba imaginando el contraste de la trufa con el risotto... Mal hecho, no pienso volver a visitar el blog de tus dueños a estas horas :)
ResponderEliminarMe encanta la comida italiana y especialmente los rissottos. Este tiene una pinta espectacular. Con la trufa negra el sabor tiene que ser increíble. Saludos.
ResponderEliminarUn rissotto buenísimo.Me encantan las recetas que tengas arroz y setas.
ResponderEliminarSaludos, Pilar.