Aunque hace un tiempo hubiese podido apostar mis bigotes a que un postre nos les iba a salir bien, ahora debo decir que por suerte no lo hice, pues últimamente están afinando mucho, y la verdad empiezo a notar que me es difícil controlar mis impulsos cuando preparan algún dulce.
Hace unos días, y para apuntarse un poco a la tradición que hay por aquí, se atrevieron por primera vez con las torrijas, y la verdad, creo yo que las bordaron.
Utilizaron los siguientes ingredientes:
1 Barra de pan del día anterior (ellos utilizaron uno especial de molde)
1 Litro de leche
1 Barra de canela
1 Limón (o naranja)
3 huevos
Aceite
Azúcar
Canela en polvo
En un cazo (u olla pequeña), pusieron a calentar la leche con la barra de canela y la piel del limón (o naranja que es lo que usaron ellos), y unas 5 o 6 cucharadas soperas de azúcar, durante unos 10 minutos. Después, separaron la rama de canela y las pieles.
Seguidamente, pusieron una sartén al fuego con una buena cantidad de aceite mientras en un bol, cascaron los huevos y los batieron.
Cuando el aceite estuvo caliente, fueron cogiendo las rebanadas de pan, y las pusieron en el cazo, dejando que el pan chupara la máxima cantidad de leche posible, una vez hecho y con sumo cuidado pasaron cada rebanada por el huevo y la rebozaron. Sacaron la rebanada una vez quedó bien doradita, y la espolvorearon con canela en polvo.
Este proceso lo repitieron hasta que se quedaron sin leche, o sin pan, no lo recuerdo bien, pues estaba ensimismado oliendo esos panes de leche... ¡que ricos!
Aunque su presentación os pueda parecer poco espectacular, estaban de vicio. La cosa quedó así:
Torrijas, dulce tradición |
Ya veis, súper sencillo, creo que la próxima vez las haré yo. ¿Os atrevéis?
¡Buen provecho!
¡Buen provecho!
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