En este pequeño rincón hoy flota un aroma a espinacas, a
queso… en definitiva, a nuestra querida Italia, concretamente el aroma nos
lleva directamente a la bella región de la Lombardía.
Todos sabemos que hay grandes inventos que se han
producido a partir de un error (ahí están los utilísimos “post-it”). Estos
errores están presentes en todos los rincones de nuestro día a día, y sí, en la
cocina también, de hecho, hoy os traemos una receta que tuvo su origen en un
error, se trata de unos “malfatti de espinacas y queso ricotta”.
Os preguntaréis ¿Qué son los malfatti? Pues son
como unas albóndigas (o incluso se pueden hacer del tamaño de un gnocchi) de
espinacas un tanto irregulares (de ahí su nombre: “malfatti” o “malhechas”).
Aunque son unos auténticos desconocidos, los malfatti tienen su origen en la
Edad Media, cuando a un cocinero, después de intentar hacer una pasta de ravioli
cada vez más fina, olvidó hacerla y coció directamente el relleno.
Para hacer dos raciones, necesitaremos los
siguientes ingredientes:
250/300 g de espinacas frescas
50 g parmeggiano rallado
1 huevo
150 gr de ricotta
3 cucharadas de harina (de maíz)
½ cebolla
150 ml de tomate triturado
Nuez moscada
Aceite de oliva
Empezaremos picando la cebolla i poniéndola a
pochar, con un chorro de aceite, en una sartén lo suficientemente grande.
Mientras se pocha, lavaremos las espinacas bien y les quitaremos los troncos
más grandes. Una vez hecho, cuando la cebolla haya cristalizado, iremos
añadiendo las espinacas tapándolas con una tapa para que se cocinen en su
propio vapor.
Una vez cocinadas las espinacas, las retiraremos
del fuego y con la ayuda de un cuchillo, las cortaremos a trozos bien pequeños
y las escurriremos para que suelten toda el agua.
Una vez escurridas, cogeremos un bol y batiremos en
él el huevo. A continuación, añadiremos las espinacas, el queso de ricotta, las
cucharadas de harina, el queso parmeggiano, un pellizco de nuez moscada y
mezclaremos bien, hasta que queda una masa homogénea (si os falta algo de
harina, la podéis añadir sin problemas).
Llegados a este punto, pondremos a cocinar el
tomate triturado con un chorrito de aceite de oliva y un pellizco de sal. Lo
dejaremos cocinando a fuego lento unos 10/15 minutos.
Mientras cocina el tomate, nosotros iremos
avanzando los malfatti. Para ello, iremos cogiendo pequeñas porciones de la
masa de espinacas y haremos bolas (si queréis hacer albóndigas algo más grandes,
gnocchis algo más pequeñas) que iremos pasando por harina. Una vez las
tengamos, pondremos un cazo con agua a hervir.
Una vez el agua hierva, añadiremos unas cuantas
bolas y las dejaremos cocinar unos minutos, hasta que empiecen a flotar, cuando
lo hagan, las retiraremos, reservaremos y repetiremos el proceso hasta tener
cocinadas todas las bolas.
Una vez cocinadas, las distribuiremos en platos y
las regaremos con el tomate que hemos cocinado. Finalmente espolvorearemos con
parmeggiano rallado y (gratinarlo es opcional) serviremos:
Unos deliciosos Malfatti de espinacas y ricotta |
Estos desconocidos “malfatti de espinacas y queso ricotta”
son una auténtica delicia y os garantizamos que, si los probáis, repetiréis.
¡Buen provecho!
Ummm que buenos, me suele gustar mucho la cocina italiana, tengo que probar esta delicia. Por cierto, hice hace poco la tarta de mangos y pasta brick. Buenísima, no dio tiempo a hacer foto.
ResponderEliminarEs que la tarta de mango, con un mango de calidad y maduro, es una auténtica bomba. Y bueno, estos malfatti, la verdad es que son sorprendentes, tanto si los haces en tamaño gnocci como albóndiga. Te los recomiendo!!
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