Después mucho tiempo,
volvemos con entrada para una sección que realmente nos gusta mucho, ya que
junta dos de nuestras pasiones, el turismo y la gastronomía. A lo largo de esta
entrada os contestaremos a la pregunta de “¿Dónde comer en Zaragoza?”, y lo
haremos intentando no caer en las tan temidas trampas para turistas.
La capital de Aragón
es, para muchos, una gran desconocida (decidnos, ¿qué es lo primero que os
viene a la cabeza al oír el nombre de Zaragoza? ¿El Pilar, tal vez?). Pues
bien, Zaragoza es mucho más, es la Aljafería, es la catedral de el Salvador, es la
ciudad romana Caesaraugusta, y, como no, es gastronomía.
Los
platos tradicionales zaragozanos se basan en el producto de la huerta, la fruta
y como no, su famoso ternasco (cordero joven). Y después de todo esto,
empezaremos ya nuestro recorrido gastronómico por las calles de Zaragoza, ¿nos
acompañáis?
Aunque
en la capital aragonesa se pueden encontrar variados y buenos restaurantes,
nosotros nos centraremos en el tapeo, una actividad que llena de vida las
calles de la ciudad. Y, para ello, empezaremos nuestra ruta gastronómica tomando unas croquetas…
C/ del
Coso, 14
Croquetas
hechas al momento, para comer en el local o llevarte a casa. Nosotros probamos
los croquetones (porqué son grandes) de “carabineros” y de “pollo al caramelo”,
siendo su coste de 2 euros por unidad. Y para cerrar, unas sorprendentes y
deliciosas croquetas de “Galleta Oreo” y de “chocolate negro con nueces”.
Innovador, sorprendente y muy recomendable.
Croquetas del CroquetArte |
Después de esta primera
parada, os proponemos la zona de tapeo por excelencia de Zaragoza, “el tubo”, en
donde os recomendamos los siguientes locales:
C/ Estébanes, 8
Todo un clásico de la
zona. Sus especialidades son los huevos estrellados y las croquetas, comiéndolas
entre sus paredes de piedra o a pie de calle. Nosotros optamos por pedir un
plato de “huevos estrellados con foie” (por unos 12€ una generosa ración) que estaban
deliciosos, por lo que os lo recomendamos.
C/ Libertad, 16
Como ya os podéis imaginar,
su especialidad son los champiñones. Montado como si fuera una pequeña
hamburguesa o coronado por una gambita, por 1.60€ nos encontramos con 2 o 3
deliciosos champiñones. Muy buenos, y acompañados por una cerveza, todo un
placer para el paladar.
C/ Libertad, 12
Entras en él por el
diseño de su sala y la vida que en él se respira, aunque luego te quedas por el
tamaño, precio y sabor de sus tapas, y acabas decidiendo volver porque siempre
puedes repetir o probar un nuevo pincho. Nosotros hemos probado el “Solomillo
con foie”, la “Patata asada rellena de ternasco”, las “Gyozas de conejo” y las
“patatas a la gresca”…. Todos espectaculares. Sin lugar a dudas, el "Meli del Tubo" es un lugar muy recomendable.
Patata rellena de ternasco |
Y para finalizar, ¿qué
os parece un bizcocho casero? Pues, cerca de la basílica del Pilar, se
encuentra el lugar perfecto:
C/ Santiago, 5
Un lugar pintoresco
donde sus propietarios hacen sus propios bizcochos caseros de múltiples sabores.
Un ambiente agradable para tomar un café, un mojito y acompañarlo con una
generosa ración de bizcocho (por unos 2 euros). El "Café Botánico" es ideal para desayunar o merendar
a media tarde.
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