20 de enero de 2021

Lasaña boloñesa

Me temo que no podemos evitarlo, este año, y pese a las restricciones que pesan en nuestras vidas, o quizá deberíamos decir que, gracias a las restricciones que sufren nuestras vidas, nuestras cabezas se alimentan de deseos de viajar y de probar otras gastronomías. En nuestro caso, y como bien sabéis los que nos seguís, nos encanta viajar física y gastronómicamente por todo el arco mediterráneo.

 

Hoy, como en alguna entrada anterior nos iremos hasta Italia para disfrutar de uno de sus grandes clásicos, la pasta y la carne. Para ello, nos iremos hasta Bolonia, y desde allí, tuneada a nuestro gusto, os traeremos la receta de una deliciosa “Lasaña boloñesa”.

 
La salsa boloñesa es una de las salsas más socorridas y a la vez, más maltratadas por la gente (vaya, que le pasa igual que la carbonara), y eso es, básicamente y pese a su sencillez, por el tiempo de cocción que tiene (y el poco que, habitualmente le podemos dedicar).

 
Para hacer dos raciones de “Lasaña boloñesa” necesitaremos los siguientes ingredientes:
 
300 g de carne picada (ternera y cerdo)
6 láminas de canelón / lasaña
3 tiras de panceta / bacón
1 vaso de vino blanco
200 ml de tomate triturado
1 zanahoria
¼ pimiento rojo
½ cebolla
1 diente de ajo
50 g de queso parmeggiano rallado
Harina
25 g de mantequilla
Aceite
Sal
Pimienta
Orégano.
 
Empezaremos preparando los ingredientes, para ello, cogeremos la zanahoria, la pelaremos y la cortaremos a dados pequeños. Haremos lo mismo con la media cebolla, el pimiento y con el diente de ajo. Una vez lo tengamos todo, pondremos una cacerola al fuego con un chorro de aceite y dejaremos que caliente.
 
Cuando haya cogido temperatura, le pondremos los ingredientes que hemos cortado, la zanahoria, el pimiento, la cebolla y el diente de ajo y los cocinaremos un par de minutos a fuego medio.
 
Pasado este tiempo, añadiremos la carne y la panceta picadas integrándolas con las verduras. La cocinaremos hasta que cambie un poco de color. Llegado este momento, añadiremos el vino y mezclaremos. Una vez se haya evaporado el vino, añadiremos el tomate triturado, espolvorearemos con orégano y salpimentaremos mientras vamos removiendo. Finalmente, dejaremos que se cocine a fuego lento y en tapado hasta que la salsa se reduzca y coja textura.
 
Cuando veamos que la cocción va avanzando, prepararemos una olla con abundante agua con una pizca de sal y la pondremos a hervir. Cuando hierva, pondremos las placas de lasaña y las dejaremos hirviendo unos 10 minutos (o lo que nos indique el fabricante). Finalmente, las estiraremos y dejaremos que pierdan el agua.
 
A continuación, prepararemos una besamel ligera. Para ello, pondremos un cazo al fuego con un chorro generoso de aceite y lo calentaremos. Cuando está caliente (que no humee) añadiremos una cucharada sopera colmada de harina y removeremos bien. Cuando la harina se haya integrado, añadiremos la leche, una pizca de sal y removeremos bien, cocinándolo a fuego medio hasta que tengamos la textura que deseemos. Llegados a ese momento, retiraremos el fuego y reservaremos.
 
A continuación, embadurnaremos con besamel una base apta para el horno, una vez hecho, pondremos 2 láminas de canelón/lasaña y sobre ellas, repartiremos aproximadamente la mitad de carne a la boloñesa y un poco más de besamel. Una vez hecho, pondremos dos nuevas láminas y repetiremos el proceso. Con las láminas y la carne ya puestas en la fuente, verteremos la besamel restante sobre las lasañas que acabamos de montar y repartiremos el parmeggiano rallado.
 
Finalmente pondremos el horno a calentar en la función gratinar. Cuando esté caliente pondremos la fuente con las lasañas y dejaremos que se gratine al gusto de cada uno.
 
Y ya solo nos falta poner en el plato, y como no, ¡disfrutar!
 
Lasaña boloñesa
Una ración para chuparse los dedos de "lasaña boloñesa"

 
¡Buen provecho!
 

7 de enero de 2021

Piadina Romagnola de espinacas y pollo

Empezamos este 2021 con más ganas de viajar que con las que acabamos el pasado (y más que duro) 2020. Quizá por eso, en este pequeño rincón hemos querido hacer uno de nuestros viajes gastronómicos a una tierra que por aromas, sabores y colores nos tiene el corazón robado, Italia.

 
En esta ocasión os proponemos una experiencia gastronómica por la Emilia-Romagna, una de las regiones más ricas (y no solo económicamente hablando) del país transalpino, con unos quesos geniales (el parmeggiano, el grana-padano, etc.), un vino espumoso que nos chifla (el lambrusco) y una combinación de sabores en sus platos que nos apasiona.

 
Uno de los platos rápidos de la región, las piadinas, son un claro ejemplo de la combinación de sabores y aromas que os hemos contado. Las piadinas tienen un origen casi ancestral y son un tipo de pan humilde, sin fermentación que sirve para hacer unos rollitos/bocadillos tan populares como versátiles y sabrosos.

 
Las piadinas más populares, las podemos encontrar con breasola, speck, mozzarella, etc. Con todo, las que os presentamos hoy en este rincón, son tremendamente saludables (después de fiestas vienen que ni pintadas) y sabrosas. Se trata de unas “piadina romagnola de espinacas y pollo”.

 
Para hacer 4 piadinas de espinacas y pollo bien generosas necesitaremos los siguientes ingredientes:
 
4 piadinas (si no las encontráis en el súper os pasamos la receta)
1 manojo de espinacas (o unos 200 g aproximadamente)
1 bola de mozzarella
½ pechuga de pollo fileteada (unos 4 filetes)
20 g de piñones (u otro fruto seco)
1 diente de ajo
Aceite de oliva
4 hojas de albahaca
20 g de queso parmeggiano rallado
 
Lo primero que haremos será preparar el pollo. Para ello, pintaremos una sartén con aceite y la pondremos a calentar. Cuando esté caliente, cocinaremos la pechuga de pollo fileteada y salpimentada, cortándola a trozos una vez cocinada. Finalmente, la reservemos.
 
A continuación, preparemos un pesto, para ello picaremos bien el ajo, los piñones y las hojas de albahaca. Lo pondremos todo en el vaso de la picadora, le añadiremos unos 100 ml de aceite de oliva y picaremos bien. Cuando lo tengamos, añadiremos el queso rallado, mezclaremos y reservaremos.
 
Con todo preparado, llega el momento de limpiar bien las hojas de espinacas, quitándoles tanto la tierra que puedan tener como los tallos más gordos. Finalmente, cortaremos las hojas a tiras más pequeñas.
 
Para montar, calentaremos las piadinas según indique el fabricante (o las haréis caseras) y procederemos a montar el plato. Para ello esparciremos un cuarto de las espinacas sobre la piadina, un cuarto de las tiras de pozo, un cuarto de la bola de mozzarella y aliñaremos con el pesto que tenemos reservado, tal que así:
 
Relleno de una piadina romagnola de espinacas y pollo
Relleno de una piadina romagnola de espinacas y pollo

 
Una vez hecho, enrollaremos la piadina dejando en su interior todos los ingredientes. Cuando esté enrollado, si lo que preparáis es un pica-pica a modo de entrante, cortaréis las piadianas a rodajas pinchándolas con un palo (por ejemplo) y las pondréis en una fuente, si por el contrario lo que preparáis es una deliciosa y sana cena, pondréis las piadinas al plato como nosotros:
 

Piadinas romagnola de espinacas y pollo, delicioso manjar
Piadinas romagnola de espinacas y pollo, delicioso manjar

 
¡Buen provecho!