28 de diciembre de 2011

Rape envuelto en tiras de bacón


Hoy tenemos algo verdaderamente especial que celebrar. Sí, porqué el post que estáis leyendo es mi entrada número 50 en este mí (y vuestro) rincón. ¡Buah! Cuando lo pienso, se me erizan los pelos de la espalda... aunque empecé ahora hace tres años, la verdad es que no me ha sido nada fácil conseguir esta cifra, por lo menos cuando empecé, no esperaba conseguirla pero bueno, es divertido escribir y además, si durante este tiempo he podido ayudar a alguien, ya ha merecido la pena, ¿no creéis?

Bueno, para celebrar este pequeño acontecimiento, he pensado en explicaros una receta especial que vi como mis dueños preparaban hace muy poco. ¿Trae pescado? ¡Claro, cómo no!, y además un pescado excelente, el rape.

Podría catalogar la receta de hoy, como una receta “mar y montaña”, con su título sabréis porqué. He decidido ponerle el nombre de “Rape envuelto en tiras de bacón”.

Mis dueños utilizaron los siguientes ingredientes (ya sabéis, para dos personas):

Una cola de rape
6 Lonchas de bacón (o cecina, si la preferís)
Una ensaladita variada
Media cebolla
Pimienta negra molida
Salsa de soja


Ya podéis ver, si la receta de hoy se la puede catalogar de algo, es de cara, porque por otro lado es muy fácil (y muy sabrosa, ¡¡¡meh meh meh!!!).

Bueno, para empezar le dedicaremos un rato a preparar una suave salsita, con cebolla y salsa de soja. Para hacerlo, con la ayuda del cuchillo, picaréis la cebolla y la pasaréis a una sartén con aceite para irla rehogando. Cuando tengáis la cebolla rehogada le añadiréis un par de cucharadas de salsa de soja, y la dejaréis rehogando un minutos más.

Después, pondréis la cebolla en el baso de la picadora/batidora y la batiréis hasta conseguir una salsa cremosa.

Una vez conseguida, extenderéis las lonchas de bacón  y sobre ellas extenderéis una cucharada de la salsa que habéis conseguido en el paso anterior (sí, como si estuvierais untando una rebanada de pan con mermelada).

Cuando tengáis hecho esto, deberéis cortar el rape en cubos y colocar cada uno de estos sobre una loncha de bacón, lo envolveréis y con la ayuda de un palillo (de dientes, o de pincho) lo cerraréis.

No es complicado, ¿verdad? Bueno, ahora ya solo os falta un paso, cocinar los cubos. Y para hacerlo, en una sartén con una cucharada de aceite caliente, iréis poniendo cada uno de los cubos, y los dejaréis un par de minutos por cada lado.

Finalmente os tocará presentar en un plato los cubos. Para completar este paso mis dueños se sirvieron de una ensalada de brotes tiernos, y lo hicieron así:


Rape envuelto en tiras de bacón
Una buena ración de rape envuelto en tiras de bacón


Una pinta realmente espectacular, y de verdad, su sabor no se queda atrás. Sin lugar a dudas, una buena receta para ocasiones especiales.

13 de diciembre de 2011

De pinchos por Donostia


Supongo que todos en alguna ocasión os habéis preguntado cuál es el mejor sitio para comer pinchos, ¿verdad?  Es más, seguramente la mayoría de vosotros habéis llegado a un mismo punto, el lugar en cuestión es Donostia / San Sebastián.

En casa a menudo escucho: “¿Nos vamos de pincho pote?”, o “¡Qué bueno que estaba el pincho del Usokari!”. Sí, a mis dueños los pinchos les gustan mucho, y por si fuera poco, conocen varios bares en Vitoria-Gasteiz donde tomar buenos pinchos, pero claro, según la mayoría de la gente no es lo mismo ir de pinchos por Vitoria-Gasteiz que hacerlo por Donostia, porque los pinchos que se sirven en la capital de Gipuzkoa son simplemente, los mejores.

Para probar esto, el pasado fin de semana mis dueños se fueron a Donostia. La excusa fue otra, pero bueno, una vez tuvieron vistos (y visitados) el Peine del Viento, la playa de la Concha, la punta Urgull y la playa de Zurriola, se fueron hacia la Parte Vieja para descubrir la gastronomía de Donostia.

Os debo avisar  que en Donostia no hay una sola ruta gastronómica, sino que hay montones de ellas, algunas más o menos oficiales como: la ruta por Gros y Zurriola, o la de la Parte Vieja. Aunque lo realmente bueno es hacer como hicieron mis dueños: crear su propia ruta personal de pinchos, que por cierto, si no lo habíais imaginado, hoy me encargaré de explicaros (eso si tenéis ganas de leer, claro, ¡¡meh, meh, meh!!!):





Colocado en pleno corazón de la Parte Vieja, el restaurante Gandarias dispone de dos ambientes claramente diferenciados, por un lado el comedor del restaurante, y el otro, la zona de bar con una monumental barra de pinchos. Cuando mis dueños estuvieron en el restaurante, este estaba petado de gente, lo cual, sin lugar a dudas dejaba al descubierto uno de los grandes problemas del lugar, pues el ambiente que se respiraba allí no era para nada el más adecuado para comer tomando unos pinchos (el ruido era ensordecedor, y los empujones estaban a la orden del día). Finalmente, ese par se fueron a la calle para degustar cómodamente:

  • Crepe de bacalao.  Según dijeron mis dueños, estaba buenísimo. El bacalao fresco, el crepe calentito… sinceramente muy especial. ¡¡Quiero probar este pincho!!
  • Montadito de Foie a la plancha con crema de manzana. El nombre lo dice todo, ¿verdad? Según mis esclavos, quizá era demasiado pequeño aunque se compensaba con su gran sabor.

Dos pinchos con sus correspondientes “zuritos” para beber (un culín de cerveza), por 7.10 euros.


Bar Zaguan



Un bar sencillo, modesto y pequeño en una de las calles con más movimiento de gente de la Parte Vieja. El lugar dispone de un menú del día de lo más económico (mis dueños creen que en calidad también era bastante económico ese menú), pero bueno, hoy os quiero hablar más que de menú, de pinchos, ¡¡meh, meh, meh!!. En la barra de este bar estaban expuestos múltiples pinchos, aunque a decir verdad, todos eran bastante simples y parecidos (con chaca, fritos, rebozados, ensaladilla, tortilla de patatas, etc.). Mis dueños probaron:

  • Un canelón de queso relleno de verduras.
  • Tortilla de patatas.
  • Dos pinchos con salmón ahumado (un poco distintos, por suerte).

Y claro, para beber, los dos “zurito” de rigor. Todo, por 10 euros… No es para nada caro, aunque según he podido escuchar a esos, creo que no merece la pena visitar el “Zaguan”. 


Bar Sport




Quizá uno de los bares más especiales que mis dueños probaron, tanto por el ambiente que encontraron, como por la barra de pinchos que en él ofrecen. Quizá el único problema que os podéis encontrar si decidís pasar por el “Sport” es que sólo dispone de tres mesas, y claro, la gente debe salir a la calle para tomarse los pinchos, y eso en verano es genial, pero en invierno… ¡¡ufff!! Pero bueno, creo que en este blog he venido a hablar sobre comida, no sobre el tiempo (aunque me encanta el sol… ¡es tan calentito!… ¡¡meh, meh, meh!!.).

En el bar Sport, mis dueños cataron:

  • Crepe de boletus. ¡Menudo sabor tenía! Sabroso, calentito…. ¡buahh! Sin lugar a dudas, el mejor de todos los catados hasta el momento.
  • Croquetón de queso. Otro gran descubrimiento, sabroso, bien presentado, perfectamente hecho…
  • Tomate rebozado. Raro, quizá un poco simple, aunque en todo caso, bueno.

Como en los otros bares, mis dueños añadieron su par de “zuritos” a la factura final, con lo que acabaron pagando 8.10 euros.


Bar Nagusia Lau



Menuda sorpresa se llevaron con este bar, aunque no precisamente positiva, más bien al contrario. ¿La barra de pinchos? La verdad es que estaba muy bien, tenía un montón de pinchos distintos, con una apariencia más que buena, bien preparados, bien presentados, aunque… Sí, mis queridos dueños se encontraron con un pequeño gran problema: los precios. ¡¡Impresentables!! La mayoría de los pinchos valían 2.40€ cada uno, y varios, 3.90€

¿No os lo creéis? Pues nada, para prueba un botón… aquí os dejo la factura que pagaron:



Sí… Los pinchos (el croquetón de bacalao, el rollito de gamba y el mini de jamón) estaban buenos, aunque según mis dueños, sinceramente, no merece la pena ir al “Lau Nagusia”, pues por ese precio se pueden encontrar montones de sitios mejores donde tomarse unos pinchos.

Ya veis, en Donostia hay un montón de lugares donde pasarlo bien tomando unos pinchos, la mayoría de ellos están mejor que bien, aunque cuidado, pues Donostia es una ciudad muy cara y eso lo aprovechan muchos para sacar tajada



Otras opciones para comer bien y barato en Donostia:


"Café-Bistro Kinza" en pleno corazón del barrio de Gros.



5 de diciembre de 2011

Empanada de carne


El pasado fin de semana, mis dueños de se fueron de fin de semana a mi pueblo (que también lo es de uno de ellos, ¡meh, meh, meh!). Una vez allí, además de descansar y desconectar de la vida moderna, aprovecharon para preparar alguna que otra comida.

El domingo querían preparar algo rápido, y pensaron tanto en una “Quiche Lorraine” como en una lasaña de carne, aunque al final se decantaron por intentar algo nuevo, una empanada de carne, y todo gracias a un amigo de este humilde rincón, el responsable de “La Cuchara Curiosa”, y no, no es que él les cocinara la empanada, sino que, adaptaron la receta de su blog. Así que, no me queda otra que (con mucho gusto), hacerle llegar un: ¡¡muchas gracias!! Y un par de ronroneos.

Para hacer esta fácil receta, ellos utilizaron los siguientes ingredientes:

1 Masa fresca de empanada
200 gr. de carne picada de ternera Euskolabel
50 gr. de queso en cuña
1 bote de pimientos asados
Media cebolla
Sal y pimienta


Para empezar, deberéis cortar la cebolla y ponerla a rehogar a fuego lento. Cuando esté rehogada, salpimentaréis la carne picada de ternera y la añadiréis a la sartén.

Hasta aquí todo fácil, ¿no? ¡Claro, nada que no hayáis hecho ya cientos de veces! ¡Meh, meh, meh! Bueno, pues ahora empieza la parte más divertida de la receta, rellenar la empanada. Mis dueños hicieron una empanada pequeña y para ello utilizaron una sola masa, pero si vosotros necesitáis hacer una más grande, deberéis utilizar dos masas (una para la base, y otra para cubrirla).

Bueno, el primer paso para rellenar la empanda será extender la cebolla rehogada y la ternera picada, después, encima de esta, repartiréis una tira de queso y una de pimiento alternativamente a lo largo y ancho de masa. 

Una vez repartido el relleno, lo cubriréis todo con masa (mis dueños doblaron por la mitad la masa, pero si vosotros tenéis otra es el momento de utilizarla). Finalmente, deberéis cerrar la base de la masa, ya sea utilizando un tenedor o los propios dedos.

¡Ánimos, que ya se acaba! De hecho, solo os falta una cosita, meter la empanada en el horno (antes lo deberéis haber precalentado, claro) durante unos 20 minutos a 200 grados.

En la siguiente fotografía, podéis ver el resultado de empanada que hicieron:

Empanada de Carne
Una ración de empanada de carne, una deliciosa cena
 
¡Buen provecho!


23 de noviembre de 2011

Lomo de atún sobre cama de pimientos asados


¡Pescado! ¡Pescado! ¡Pescado! ¿Os he dicho nunca como me gusta el pescado? ¡Me chifla! Y por suerte para mí, mis dueños últimamente le han pillado el gustillo a preparar recetas nuevas con pescado ¡hmmm!, ¡me pone a 100! (gastronómicamente hablando, ¡meh, meh, meh!)

La receta que hoy os quiero contar le he puesto por nombre: “Lomo de atún sobre cama de pimientos asados”. Sinceramente, quizá, un nombre más propio de Arzak que mío, y más, si tenemos en cuenta lo sencillo que es el plato.

Para hacer esta suculenta y fácil receta para dos comensales, ellos utilizaron:

2 Filetes de atún
1 Pimento rojo
2 Dientes de ajo
6 Almendras
Aceite
Vinagre
Perejil
Sal
Pimienta


Empezaremos por el paso más largo de toda la receta, preparar la cama de pimientos asados. Para hacerlo, deberemos precalentar el horno a 200º. Mientras se calienta, limpiaremos y secaremos bien el pimiento. Una vez hecho, lo pondremos a hornear durante 35 minutos.

Pasada esa media horita, sacaremos el pimiento del horno, lo salpimentaremos y taparemos con un paño para hacerlo sudar. Después, lo pelaremos, le quitaremos las semillas y lo cortaremos a tiras.

Seguidamente prepararemos una salsita para regar el atún. Para ello, pelaremos y laminaremos los ajos y los pondremos a dorar en una sartén. Una vez dorados, los retiraremos del fuego y añadiremos las almendras picadas, el perejil, una cucharada de vinagre, sal, pimienta y mezclaremos bien.

Finalmente preparemos ese delicioso fruto del mar que tanto me gusta, el atún. Sin lugar a dudas, el paso más sencillo de la receta. Para hacerlo, salpimentaremos cada filete y lo pondremos a dorar en una sartén con muy poco aceite (o plancha). Dos minutos por lado, no más.

Llegados a este punto, ya solo falta preparar la cama de pimientos y poner a descansar el atún, o sea, presentar el plato. Personalmente os propongo esto:

Lomo de atún sobre cama de pimientos asados

¿Qué os parece?

13 de noviembre de 2011

Lomos de verdel envueltos en bacón


Bueno... otra vez por aquí. Y encima con uno de las recetas que me gustan a mí. La verdad es que ya tenía ganas, pero últimamente mis dueños no tienen mucho tiempo para innovar en la cocina. Por suerte, el pasado domingo volvieron a hacerlo, se metieron en la cocina y prepararon un plato de lo más especial... ¡¡hmm!!

Sí, acertáis, la recepta que os contaré hoy lleva pescado (y unas lonchas de bacón), concretamente verdel (o caballa si lo preferís).

Cuando vi el resultado final, bauticé este plato como: “Lomos de verdel envueltos en bacón”. No me diréis que no es un nombre sugerente, ¿verdad?

Ellos utilizaron los siguientes ingredientes (para dos personas):

1 verdel grande (o caballa)
½ puerro
½ pimiento verde (o rojo)
¼ de calabacín
100 gr. de calabaza
50 gr. de aceitunas
6 lonchas de bacón (o jamón serrano)
1 diente de ajo
Harina
Pimienta negra
Sal


Ahora que me doy cuenta... se necesitan un montón de ingredientes para preparar esta receta, o como mínimo, mis dueños utilizaron un montón de ingredientes el pasado fin de semana. Pero tranquilos, que la receta de hoy no nada complicada.

Para empezar, le preparemos la cama al verdel. Para hacerlo tendréis que picar el puerro, el pimiento verde, el calabacín y la calabaza a daditos. Mientras, pondréis una sartén al fuego con un poco de aceite. Cuando el aceite esté caliente, pondréis a pochar los daditos de puerro y de pimiento verde. A los 5 minutos, deberéis añadir los taquitos de calabaza y de calabacín.

Llegados a este punto, es interesante añadir el diente de ajo debidamente picado (si lo metéis entero, me temo que estropearéis la receta...) a la sartén y dejarlo todo a fuego muy lento, unos 15 minutos.

Mientras las verduras van pochando, tocará limpiar y preparar el verdel. Es importante que le quitéis todas las espinas y le saquéis los dos lomos. Una vez hecho, deberéis cortar cada lomo en tres trozos de tamaño parecido y salpimentarlos.

Después, con la ayuda de un cuchillo afilado, picaréis bien las aceitunas y con cuidado, iréis repartiéndolas encima de cada trozo de lomo. Una vez repartidas, cogeréis una loncha de bacón y envolveréis cada trozo de verdel con las aceitunas, y así, con todos los cachos de verdel.

Finalmente, será necesario enharinar cada paquete y freírlos en una sartén con aceite bien caliente. Con un minuto o dos por lado, hay más que suficiente.

Si llegáis hasta aquí, solo os faltará presentar el plato. Yo, os propongo esta opción:

Lomos de verdel envueltos en bacón

6 de noviembre de 2011

Panellets


¡Qué extraños que sois! Sí, soy consciente que los gatitos guapos y simpáticos como yo también lo somos un rato, pero sin lugar a dudas, los humanos nos ganáis. ¿Verdad? Sino, ¿como os explicáis que para cada época del año tengáis un plato especial? Yo, sin ir más lejos, cada día tengo en mi plato mi ración de pienso, y bien feliz que vivo.

Por ejemplo, el otro día sin ir más lejos, mis dueños prepararon un dulce especial, “panellets” lo llamaban, aunque así, entre nosotros, os voy a asumir que no me sorprendió mucho ya que, los conocía desde bien pequeñito, más que nada porqué son tradicionales de mi país, Catalunya. Allí, la gente acostumbra a comer los panellets el día de Todos los Santos y su víspera, acompañados de moscatel y castañas.

La receta es muy sencilla aunque la verdad es que, lleva su tiempo. De todas formas no os preocupéis, porque si me dejáis, os la contaré ahora mismo.

Ellos utilizaron los siguientes ingredientes:

Para la masa

500 gr. de almendras (naturales, sin tostar ni salar)
400 gr. de azúcar
150 gr. de moniato (o patata)
1 huevo
La ralladura de un limón

Para los recubrimientos

200 gr. de piñones
150 gr. de membrillo
12 almendras
2 cucharadas de chocolate (puede ser tranquilamente cola-cao)
1 huevo

Para empezar, es necesario hervir durante unos 20 minutos el moniato. Una vez esté hervido, lo dejaremos enfriar un rato. Después, lo pelaremos y con la ayuda de un tenedor, lo aplastaremos un poco.

En un cuenco a parte pondremos: las almendras trituradas, el azúcar, el huevo y lo mezclaremos todo un poco. Cuando el moniato se haya enfriado, lo añadiremos al cuenco y ahora sí, armados con un montoncito de paciencia, llegará el momento de amasar. ¿Hasta cuando? Pues.... no hay un tiempo marcado, simplemente hasta conseguir una masa uniforme. La tarea es pesada, pero el hecho que mis dueños utilizaran las manos le da un punto... divertido.

Cuando tengáis la masa casi uniforme, añadiréis la ralladura del limón y continuaréis amasándolo todo.

Después de este rato de trabajo duro, llega la etapa más descansada de toda la receta, y la más larga, dejar reposar la masa. Alguna recetas, hablan de media hora, de una hora... mis dueños, siguiendo un consejo familiar, lo dejaron un día entero (eso sí, cubriendo el cuenco con un trapo de algodón).

El día siguiente continuaron con la elaboración de los panellets, por suerte, con la parte más divertida: dar forma y recubrir los panellets. Lo hicieron así:

Panellets de piñones:

Sinceramente, acabaron con las manos hechas una guarrada, pero fue muy divertido. Se trata de ir cogiendo cachos de masa y hacer bolas. Os recomiendo que para ir cogiendo los cachos, os ayudéis de una cuchara, y después, con la ayuda de ambas palmas, vayáis dándole de bola.

Deberéis repetir este proceso tantas veces como panellets redondos queráis hacer. Mis dueños, no se si se pasaron, pero hicieron un montón que vaya...

Después, a más o menos una docena, les pusieron el recubrimiento de piñones. Para hacerlo, cogieron cada bola, la pasaron por huevo y seguidamente la rebozaron en piñones.

Panellets de almendras

La forma de hacer esta variedad de panellets es la misma que os acabo de contar para los de piñones. Únicamente varia la forma de darles cubrimiento. Para este proceso podéis escoger, por ejemplo una de estas opciones:

  • Una vez hecha la bola, ponerle una almendra justo encima.
  • Hacer como si estuvierais haciendo panellets de piñones, pero rebozándolos en almendras laminadas.

Panellets de membrillo

Aquí, mis dueños aplicaron dos técnicas distintas:

  • Aplicar la técnica que os he contado con los de almendra: encima de cada bola ponerle un cachito de membrillo.
  • Coger un poquito de masa, extenderla sobre una superficie lisa y, en medio de la misma, ponerle una tira de membrillo y, enrollarlo todo como si se tratara de un tubo. Finalmente, con la ayuda de un cuchillo, cortar este tubo a trozos regulares.

Panellets de chocolate

Creo que, llegados aquí ya conocéis el proceso de hacer las bolas, ¿no? Meh meh meh!!

Bien, pues un vez hechas la bolas, haced como os he explicado antes, rebozadlas, aunque en esta ocasión, por polvo de chocolate... ¡¡hmmm!!


Y bien, llegados a este punto, deciros que solo os falta una cosa: poner lo panellets en una bandeja de horno forrada en papel antiadherente, y hornearlos durante unos 7 minutos a 200º. Cuidado con este paso, si los panellets toman color antes de esos 7 minutos, retiradlos del horno sin perder tiempo.

Un último consejo: antes de quitar los panellets de la bandeja de horno, dejar que se enfríen unos minutos, pues cuando están calientes, acostumbran a estar muy tiernos, y se rompen con mucha facilidad.

¿Qué os parecen?

panellets


25 de octubre de 2011

Saltimbocca alla romana


“Saltimbocca” Esto es un nombre sugerente, y el resto, tonterías. ”Saltimbocca” ¡ains! ¡Ojala lo hubiese hecho!, eso de saltar hacia mi boca, pero nada, el plato ni se movió ni hizo ademán de hacerlo, y mientras, yo babeando de deseo.

Mis dueños descubrieron esta receta en Roma, concretamente en un restaurante del Trastevere (creo recordar que lo llamaban “Ristorante Carlo Menta”). Les gustó muchísimo y claro, buscaron la receta exacta y ni cortos ni perezosos, el pasado domingo la hicieron, y hoy, os la voy a contar.

La receta del “Saltimbocca” es muy, pero que muy fácil. A decir verdad, tan fácil como sabrosa.

Bueno, creo que ya va siendo hora de empezar con la receta. Ellos utilizaron los siguientes ingredientes:


2 Filetes delgados de ternera
2 Lonchas de jamón curado
4 Hojas de salvia (o de albahaca)
Harina
Sal
Pimienta


Lo primero que debemos hacer con estos ingredientes, es darle el mismo tamaño a los filetes y a las lonchas de jamón. Para hacerlo, que mejor que cortar las lonchas por la mitad, y después cortar los filetes a un tamaño parecido a las medias lonchas.

Una vez hecho esto, se deben extender los filetes sobre una superficie lisa. Si estos son muy gruesos, se pueden aplastar con la ayuda de un rodillo de cocina. Después, ya podréis montar los “saltimbocca”. Para hacerlo, cogeréis un trozo de filete de ternera, un trozo de loncha de jamón y una hoja de salvia (o albahaca), y lo dispondréis de forma que quede una cosa encima de la otra. Finalmente, con un palillo deberéis sujetar los 3 ingredientes.

¿Sencillo, verdad? Pues ya casi está el plato a punto, solo nos falta un pequeño detalle: freír los “saltimbocca”. Un minuto por lado, no más. ¡Ah sí! Y antes de freírlos, es conveniente enharinarlos.

Para acabar, se puede preparar una suave salsa para potenciar el sabor de los “saltimbocca”. Esta salsa la deberéis preparar en la misma sartén donde se han frito los filetes. Para ello, añadiréis una cucharada de harina mientras lo removéis bien, cuando esté bien removida, añadiréis un vaso de vino (o de caldo de carne), y claro, de nuevo, a remover hasta que se consigáis una salsa bien ligada.

¿Que os parece el resultado?


Ya veis, ellos acompañaron los saltimbocca de verduritas fritas pero también tenéis la opción de una patatas (fritas o en puré), o de una pequeña ensalada de brotes tiernos.

13 de octubre de 2011

Restaurante Baskonia - Vitoria-Gasteiz

Así, de buenas a primeras, os tengo que asumir que me pareció súper raro... ¿esos en un bingo? Y encima, ¿para comer? ¡Uff! Me parecía imposible, pero bueno, eso hicieron el pasado mes de agosto al volver de Sevilla, y claro, un servidor se quedo en casita, comiendo pienso... y ahora contándooslo.

No os quiero engañar, según lo que comentaron mis dueños, el restaurante es un poco particular, es decir, el comedor es a la vez el salón del bingo. Bueno, a la vez exactamente no (¡hmm! Aunque, pensándolo bien.... podría ser divertido... ¡meh meh meh!), las sesiones de bingo empiezan a las 5 de la tarde y unos minutos antes, los camareros se encargan de echar a la calle (amablemente, eso sí) a los últimos clientes.

¿Cómo? ¡Ah, sí! Perdón... casi se me olvida, el nombre del restaurante es “Restaurante Baskonia”, y está colocado en el centro de Vitoria-Gasteiz, concretamente en la Avenida Gasteiz, número 77.

El restaurante solo dispone de menú diario, eso sí, de laborables y de festivos. Además, todos los menús tienen un precio de lo más razonable (el menú de los días laborables cuesta 11 euros, y el de los festivos, 19€ -IVA incluido-).

Los precios son interesantes, ¿verdad? Pues entonces, lo que os voy a contar ahora os va a parecer todavía mejor, esto no es otra cosa que, todos los platos, aunque se podrían encuadrar dentro del grupo de tradicionales, son llevados a la mesa con una presentación y cuidado que resulta increíble en restaurantes con este rango de precios.

Ellos fueron al bingo el pasado mes de agosto (un domingo, creo recordar que el 7... aunque sinceramente, no estoy muy seguro), y según comentaron en casa, comieron muy bien.

El menú, más o menos fue el siguiente:

  • Pudín de bacalao y gambas aliñado con una salsa especial y una reducción de Pedro Ximenez.
  • Ensalada de queso de cabra con setas de temporada.
  • Hojaldre casero relleno de “boletus” y cebolla caramelizada. ¡Ah! Y espolvoreado con virutas de jamón ibérico.
  • Chuletón a la brasa con una suave salsa de Idiazabal, cristales de sal Maldon y pimientos verdes del país.
  • “Goxua” casero.
  • Varios tipos de helado.
  • Café.

Como ya os he comentado, comieron muy bien en el “Bingo Baskonia” señalando además que el lugar es muy recomendable tanto si por necesidades varias tienes que comer diariamente fuera de casa, como si se hace una comida con compañeros del trabajo, de la cuadrilla, etc., ya que tiene una relación calidad-precio, espectacular.

Eso sí, según mis dueños, no es un restaurante recomendable si deseáis organizar una celebración especial, tanto por el ambiente que se respira (tiene una pinta a “viejuno” que echa para atrás), como por la imposibilidad de mantener una conversación con tu acompañante sin gritarle a la cara (casi 400 personas en una sola sala hablando a la vez, es en ocasiones... estresante). Ya sabéis, en Vitoria para estos casos, mis dueños continúan recomendando: “Ristorante l’Oliva” o “La cocina de Plágaro”.

De todas formas, os dejo sus datos:

01009 Vitoria-Gasteiz

Telèfono: 945-243-35

6 de septiembre de 2011

De tapas por Sevilla

¿Envidia? No creáis, aunque bueno, quizá un poco sí... pero es que este año, mis dueños se han marcado un par de excursiones que ya me hubiesen gustado a mí: en julio se fueron a Madrid, y el pasado mes de agosto se pillaron un avión y directos hacia Sevilla.

¡Menuda cara que tienen!, porque claro, uno se acaba preguntando: “¿Y a mí, porqué no me llevan nunca a ningún lugar?”... ains, con lo que me gustaría a mí descubrir mundo... Creo que si vuelven a hacérmelo otra vez, tendré que tomar represalias ¡meh meh meh!

Bueno, la verdad es que tampoco me puedo quejar mucho, pues están teniendo un año de lo más rarito, así que, supongo que pensaron que merecían una nueva escapada para desconectar, claro, buscaron una buena oferta, la encontraron y sin pensárselo demasiado, se echaron al río y a un servidor (su lindo gatito) lo dejaron en casa, sin viaje, sin pinchos y sin nadie a quien arañar.

Finalmente se fueron a Sevilla un viernes y volvieron a casa el domingo. Sólo estuvieron fuera dos días, pero por sus caras, creo que se lo pararon de primera.

Aunque bueno, en este rincón se habla de cocina, ¿no? Pues entonces no temáis, que no os contaré nada sobre monumentos, no, desde aquí daré una vuelta por las cuatro o cinco cocinas de Sevilla (es decir, por cuatro o cinco tabernas, restaurantes o bodegas) que esos dos han conocido, que son:


“Bodega Santa Cruz”
C/ Rodrigo Caro, 1
41004 Sevilla

Posiblemente la taberna con más personalidad que han pisado mis dueños, pintoresca, con camareros simpáticos, ambiente andaluz, antigua y... ¿que más se le puede pedir? ¡Ah, sí! Mis dueños comieron de vicio allí, cataron tapas de lomo al whisky, jamón serrano de bellota, “montadito de pringá”, berenjena con miel, carne guisada (y no creáis, baratos, pues la mayoría de ellos costaban hasta 2.5 euros. ¡Buenísimas!


Además de por el ambientillo que le daban los camareros al local, mis dueños quedaron boquiabiertos con la forma de presentar las notas... escribiendo el precio de las consumiciones con una tiza encima de la barra. De verdad, ¡imprescindible!


“Restaurante La Almiranta”
C/ Almirantazgo, 2
41001 Sevilla

Este moderno restaurante se encuentra ubicado en pleno centro de Sevilla, concretamente en una callejuela justo en frente de la catedral. A mis dueños, el restaurante les pilló totalmente por sorpresa pues, es tan cálido y acogedor como Sevilla pero mucho más moderno (y por tanto impersonal). Comieron de primera: croquetas caseras, carrillera de cerdo guisada, ensaladas, fritos, queso de cabra con una confitura un tanto especial... y un par o tres más de tapas que sinceramente, no recuerdo, eso sí, todas perfectamente preparadas y presentadas como pequeños platos de diseño. Si vais de turismo por Sevilla, sin lugar a dudas, en “La Almiranta” comeréis bien y sin descompensar el presupuesto.


Restaurante La Almiranta

“La moderna”
C/ Mateos Gago, 7
41004 Sevilla

Se encuentra ubicado justo en la vía de acceso al barrio de Santa Cruz, justo en la zona de restaurantes más orientada al turismo extranjero, aunque no lo es del todo, digamos que está a medio camino. Se puede comer bien aunque carece un poco de personalidad, pues ni está orientado enteramente al turista ni es un lugar para la gente de casa. Mis dueños comieron bien las dos veces que fueron (salmorejo, lomo, albóndigas, jamón, tortilla, lagrimas de pollo,...), aunque quizá, el principal problema del restaurante son los camareros del mismo, lentos y a veces algo arrogantes.


“Bar Santa Ana”
C/ Pureza, 82
41010 Sevilla

Otro de los descubrimientos de mis dueños, una auténtica taberna sevillana ubicada en pleno corazón del barrio de Triana. Es uno de esos bares que se pueden catalogar como ‘de toda la vida’, pero ¡buah! Menudas tapas que sirven. Por lo que les he escuchado a mis dueños, están de primera. Ellos probaron las lagrimitas de pollo y el jamón serrano (claro, cada uno con su cañita de cerveza fresca), y todo por unos escasos 6 euros. En serio, si tenéis intención de ir a Triana este pequeño bar es totalmente recomendable.


“Bodega Belmonte”
C/ Mateos Gago, 24
41004 Sevilla

Por lo visto, este es sin lugar a dudas el peor de los lugares donde estuvieron. Está totalmente orientado a los turistas, incluso tienen traducida al inglés la carta. Los camareros son lentos, poco agradables y para colmo, el tapeo que comieron estaba peor que justo (un gazpacho de bote, y un rabo de toro... dejémoslo en poco afortunado). Mis dueños solo destacan una pequeña excentricidad de este restaurante, los baños, los cuales están decorados con.... ejem... fotos gigantes de toreros. Según mis dueños, totalmente prescindible.

Bodega Belmonte


Bueno, como dice la célebre frase “No están todos los que son, ni son todos los que están”, pero mis fieles seguidores (que alguno habrá) que quieran ir a Sevilla de tapeo, como mínimo tendrán unos cuantos lugares donde comer bien y barato. Por mi parte, si algún día me dejan... por allí me veréis... ¡meh meh meh!